Este fin de semana lo he pasado escribiendo, leyendo y (exagero, poco) agonizando a partes iguales. Las dos primeras actividades son mi dieta básica; la tercera, supongo, es sólo su consecuencia directa y es algo más llevadera cuando te conocen, te cuidan y, sobre todo, te curan en un buen hospital.
Primero tuve que ampliar, revisar y rematar un texto que a mí me gusta porque tiene poesía, inteligencia y autodestrucción. Un texto, por tanto, nada comercial.
Después, como premio, decidí regalarme lo último de Julian Barnes. De Barnes leí hace unas cuantas vidas "Una historia del mundo en diez capítulos y medio" y juré leerlo entero. Frío, intelectual, distante y sabio. También imprescindible. Así era Barnes. Hasta que murió su mujer y tuvo que escribir del dolor.
Yo he leído mucho sobre el duelo porque le tengo mucho miedo: Joan Didion, Joyce Carol Oates, Francisco Goldman, Paco Umbral, Isabel Allende... Casi todos ellos hablan de dolor y de soledad.
Luego he inventado y ficcionado dos de las muertes que más temo (en "La piel de Mica) y he aprendido algo que no me enseñaron otros y que sí está en "Levels of life" de Julian Barnes: sentir dolor es sentir amor.
Como prueba, estas cosas, en traducción libre, que dice Barnes en su último libro (escrito cuatro años después de la muerte de su mujer, escrito doliendo y sin querer dejar de doler):
- "Pones juntas dos personas que nunca antes han sido puestas juntas y a veces el mundo cambia, a veces no. Pueden chocar y quemarse, o quemarse y chocar. Pero a veces algo nuevo se construye y entonces el mundo cambia. Juntas, en esa primera exaltación, son mucho mayores que en sus dos entes separados. Juntas, ven más lejos, ven más claro".
- "(...) Entonces, en algún momento, uno de los dos desaparece, y lo que desaparece es mayor que lo que había. Esto no es matemáticamente posible, pero sí es posible emocionalmente".
- "Toda historia de amor es una potencial historia de dolor. Si no al principio, después. Si no para uno, para el otro. Algunas veces para ambos. Entonces, ¿por qué aspiramos constantemente al amor? Porque el amor es el punto de encuentro de la verdad y la magia".
- "El peligro es preferible a la seguridad".
- "Estuvimos juntos treinta años. Yo tenía 32 cuando la conocí, 62 cuando murió. El corazón de mi vida, la vida de mi corazón".
- "La cosa es que la naturaleza es tan precisa que duele tanto como merece doler, así que, de alguna manera, uno disfruta el dolor. Si no doliera, no habría merecido la pena".
- "Me pregunto si la echo de menos a ella, la vida que teníamos juntos o lo que había en ella que me hacía más yo...".
- "La paradoja del dolor: si he sobrevivido a cuatro años de su ausencia es porque han sido cuatro años con su presencia".
- "Hay dos formas esenciales de soledad: la de no haber encontrado todavía alguien a quien amar y la de haber perdido a la persona amada. La primera es mucho peor".
Lo que sabe Julian es lo que he aprendido yo: el dolor es amor o no es. Y el amor lo es todo. "Mi patria son mis afectos".
P.D.: La foto de Anne Sexton me pegaba en este texto, no sé por qué. O sí, porque la muerte siempre fue su tentación hasta que se entregó a ella. “Muerte, / necesito mi pequeña adicción a ti, / necesito esa vocecita que, / hasta cuando asciendo desde el mar, / toda una mujer, completa, / dice mátame, mátame”.